Hay una pradera en mi mundo perfecto…

Eladio Nora Ortiz, «Ela» # 19/07/1976 # 02/03/2013 # I.M.


Una pradera en mi mundo perfecto

Hay una pradera en mi mundo perfecto…
donde el viento hace bailar las ramas de un árbol
y dibuja manchas leopardinas de luz sobre la superficie de un lago.
El árbol se alza majestuoso
y él solo da sombra al mundo que yace a sus pies.

Y es aquí, la cuna de todo lo que me importa,
donde guardo cada recuerdo tuyo.
Y cuando me siento congelada en el odio de la realidad
lejos de tus ojos llenos de amor…
Vuelvo a este lugar, tan cercano a mí,
y encuentro el consuelo de la simple perfección de conocerte.

Lejos
de la ternura de tus ojos,
en un lugar al que el invierno  no regresa.
Lejos de la ternura de tus ojos,
en un lugar donde escapas de la montaña y el viento.

Lejos de la ternura de tus ojos,
en un lugar al que el invierno no regresa.

Cuando llegue a ese lugar,
cerraré los ojos de nuevo.

Emily Lambert


A meadow in my perfect world

There’s a meadow in my perfect world…
where wind dances the branches of a tree,
casting leopard spots of light across the face of a pond.
The tree stands tall and grand and alone,
shading the world beneath it.

It is here, in the cradle of all I hold dear,
I guard every memory of you.
And when I find myself frozen in the mud of the real,
far from your loving eyes…
I will return to this place, close mine,
and take solace in the simple
perfection of knowing you.

Far from your loving eyes
In a place where winter never comes
Far from your loving eyes
And all along the wind, I run
Far from your loving eyes
And all along the wind, I run
I return to this place.

Far from your loving eyes
In a place where winter never comes
Far from your loving eyes
And all along the wind I run
Far from your loving eyes
And all along the wind I run…

I return to this place
Close my eyes again.

Emily Lambert


Wind River

Negro corazón


Entre los tibios muslos te palpita
un negro corazón febril y hendido
de remoto y sonámbulo latido
que entre oscuras raíces se suscita;

un corazón velludo que me invita,
más que el otro cordial y estremecido,
a entrar como en mi casa o en un nido
hasta tocar el grito que te habita.

Cuando yaces desnuda toda, cuando
te abres de piernas ávida y temblando
y hasta tu fondo frente a mí te hiendes,

un corazón puedes abrir, y si entro
con la lengua en la entraña que me tiendes,
puedo besar tu corazón por dentro.


Tomás Segovia

Mis muertos

Hoy recuerdo a los muertos de mi casa.
Al primer muerto nunca lo olvidamos,
aunque muera de rayo, tan aprisa
que no alcance la cama ni los óleos.
Oigo el bastón que duda en un peldaño,
el cuerpo que se afianza en un suspiro,
la puerta que se abre, el muerto que entra.
De una puerta a morir hay poco espacio
y apenas queda tiempo de sentarse,
alzar la cara, ver la hora
y enterarse: las ocho y cuarto.

Hoy recuerdo a los muertos de mi casa.
La que murió noche tras noche
y era una larga despedida,
un tren que nunca parte, su agonía.
Codicia de la boca
al hilo de un suspiro suspendida,
ojos que no se cierran y hacen señas
y vagan de la lámpara a mis ojos,
fija mirada que se abraza a otra,
ajena, que se asfixia en el abrazo
y al fin se escapa y ve desde la orilla
cómo se hunde y pierde cuerpo el alma
y no encuentra unos ojos a que asirse…
¿Y me invitó a morir esa mirada?
Quizá morimos sólo porque nadie
quiere morirse con nosotros, nadie
quiere mirarnos a los ojos.

Hoy recuerdo a los muertos de mi casa.
Al que se fue por unas horas
y nadie sabe en qué silencio entró.
De sobremesa, cada noche,
la pausa sin color que da al vacío
o la frase sin fin que cuelga a medias
del hilo de la araña del silencio
abren un corredor para el que vuelve:
suenan sus pasos, sube, se detiene…
Y alguien entre nosotros se levanta
y cierra bien la puerta.
Pero él, allá del otro lado, insiste.
Acecha en cada hueco, en los repliegues,
vaga entre los bostezos, las afueras.
Aunque cerremos puertas, él insiste.

Hoy recuerdo a los muertos de mi casa.
Rostros perdidos en mi frente, rostros
sin ojos, ojos fijos, vaciados,
¿busco en ellos acaso mi secreto,
el dios de sangre que mi sangre mueve,
el dios de yelo, el dios que me devora?
Su silencio es espejo de mi vida,
en mi vida su muerte se prolonga:
soy el error final de sus errores.

Hoy recuerdo a los muertos de mi casa.
El pensamiento disipado, el acto
disipado, los nombres esparcidos
(lagunas, zonas nulas, hoyos
que escarba terca la memoria),
la dispersión de los encuentros,
el yo, su guiño abstracto, compartido
siempre por otro (el mismo) yo, las iras,
el deseo y sus máscaras, la víbora
enterrada, las lentas erosiones,
la espera, el miedo, el acto
y su reverso: en mí se obstinan,
piden comer el pan, la fruta, el cuerpo,
beber el agua que les fue negada.
Pero no hay agua ya, todo está seco,
no sabe el pan, la fruta amarga,
amor domesticado, masticado,
en jaulas de barrotes invisibles
mono onanista y perra amaestrada,
lo que devoras te devora,
tu víctima también es tu verdugo.
Montón de días muertos, arrugados
periódicos, y noches descorchadas
y amaneceres, corbata, nudo corredizo:
-saluda al sol, araña, no seas rencorosa…-

Es un desierto circular el mundo,
el cielo está cerrado y el infierno vacío


Elegía interrumpida. Octavio Paz

Mi rostro

[…] Llevo sobre mi rostro cien máscaras de ficción que se suceden bajo el imperio mezquino de una fatalidad sin trascendencia. Acaso mi verdadero gesto no se ha revelado todavía, acaso no pueda revelarse nunca bajo tantos velos acumulados día a día y tejidos por todas mis horas.

Yo mismo me desconozco y quizá estoy condenado a desconocerme siempre.

Muchas veces me pregunto cuál entre todos los pecados es el mío, e interrogo a las máscaras del vicio: Soberbia, Lujuria, Vanidad, Envidia, han dejado una huella en mi rostro carnal y en mi rostro espiritual, pero yo sé que todas han de borrarse en su día, y que sólo una quedará inmóvil sobre mis facciones cuando llegue la muerte […]


La lámpara maravillosa. Ejercicios espirituales.
Ramón del Valle-Inclán.
La Felguera Editores, 2017

pH: JJNO. Rostro

Gnosis



[…] Amé la soledad y, como los pájaros, canté sólo para mí. El antiguo dolor de que ninguno me escuchaba se hizo contento. Pensé que estando solo podía ser mi voz más armoniosa, y fui a un tiempo árbol antiguo, y rama verde, y pájaro cantor.

Si hubo alguna vez oídos que me escucharon, yo no lo supe jamás. […]


La lámpara maravillosa. Ejercicios espirituales.
Ramón del Valle-Inclán.
La Felguera Editores, 2017

pH: JJNO. Lloran las piedras

Puedo empezar, pues, a escribir mi libro



Tengo ya preparadas las respuestas
para las entrevistas periodísticas
que me harán en la prensa, radio y tele.
Querrán saber qué opino y cómo soy.
Me mostraré ingenioso y espontáneo.

Tengo ya preparadas unas listas
de personalidades importantes
e incluso redactados ya los textos,
muy agudos, de las dedicatorias.

Tengo ya preparadas las metáforas
que servirán como brillante ejemplo
o síntesis que aclare lo que exponga.
Saldrán como galaxias de las páginas.

Y tengo preparada mi postura
al sentarme o de pie, tono de voz,
expresión de los ojos y la boca.
Todo está preparado. Todo a punto.
Puedo empezar, pues, a escribir mi libro.


Carrer de Pelai 3. José María Fonollosa
Ciudad del hombre. Edhasa, 2016

Ph. JJNO

¡¡Resistiré hasta el fin!! ¡¡Hijosdeputa!! ✊🤘



Criminales disfrazados
Seres sin razón ni piedad
No hay palabras en el mundo
Que definan vuestra maldad
Por dinero asesináis
Por placer aniquiláis
Por poder nos destruí­s
Súciamente mentí­s

Aunque siempre vigiléis
Y mis datos proceséis
No es tan fácil hacerme callar


Resistiré
Resistiré hasta el fin
Resistiré
Resistiré hasta el fin

Ordenáis a los profetas
Que hablen de la guerra mundíal
Lleváis siglos maquinando
El final de la humanidad
Y queréis hacer creer
Que os importa nuestro bien
Pero oculta en el disfraz
Hay un arma mortal

Nos habláis de sumisión
Nos pedí­s resignación
Pero no me dejaré engañar

Resistiré
Resistiré hasta el fin
Resistiré
Resistiré hasta el fin

Yo maldigo vuestro crimen
Sé que lo tendréis que pagar
Y no os servirá el dinero
Para remedíar tanto mal
Contra vuestra coacción
Surgirá la reacción
La sangrienta cuenta atrás
Se tendrá que parar

Aunque siempre vigiléis
Y mis datos proceséis
No es tan fácil hacerme callar

Resistiré
Resistiré hasta el fin
Resistiré
Resistiré hasta el fin